Luego de 24 años, los botánicos Consuelo Montalvo y Carlos Cerón volvieron a la comunidad huaorani de Quehueiri-ono en la provincia del Napo, en mayo pasado, para constatar si la marcación de 206 especies de flora que realizaron en 1994 en una hectárea de bosque de la localidad, como parte de una investigación que fue publicada por la editorial Abya-Yala en 1998, todavía se mantenía.

Los especialistas constataron, en su regreso, que el área estudiada se redujo una cuarta parte para dar paso a chacras de yuca. Además, evidenciaron una afectación del territorio por el crecimiento poblacional de personas mestizas, actividad maderera, explotación petrolera, lo que ha provocado cambios “irreversibles” en su cultura y áreas naturales.

Sin embargo, a pesar de esta pérdida de áreas naturales, los comuneros mantienen el conocimiento etnobotánico vigente, asegura Cerón: “La población local también se ha reducido por la expansión de otras nacionalidades como los Shuar y Kichwa y el crecimiento poblacional. Además, dos de las personas informantes que nos ayudaron en aquella época murieron, pero verificamos que los comuneros actuales identifican las especies del lugar, sus usos medicinales y conservan los nombres nativos de las especies”.

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Cerón sostiene que la explotación petrolera también ha segmentado estos territorios ancestrales. “Con el petróleo se han construido carreteras, ha llegado gente mestiza que normalmente utiliza el bosque para extraer madera. Si el Estado no los protege mejor, hay peligro de que los recursos se pierdan”. Los expertos regresaron, además, por la filmación de un documental del director Manolo Sarmiento, de la productora La Maquinita. (I)