En Ecuador, la diabetes está afectando a la población con tasas cada vez más elevadas. Según la encuesta Ensanut, la prevalencia de diabetes en la población de 10 a 59 años es de 1.7%.

Los especialistas señalan que las personas con diabetes están expuestas a padecer retinopatía diabética, siendo más propensas a desarrollar cataratas, hemorragia vítrea, edema macular diabético y glaucoma neovascular. 

El doctor Ramino Almeida, oftalmólogo de la clínica Santa Lucía explica que la  retinopatía diabética es la causante del 5% de ceguera a nivel mundial. Es la enfermedad ocular diabética más común, ocurre cuando hay cambios en los vasos sanguíneos en la retina.

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“A veces, estos vasos pueden hincharse y dejar escapar fluidos, o inclusive taparse completamente. En otros casos, nuevos vasos sanguíneos anormales crecen en la superficie de la retina”, detalló el galeno.

La retina es una capa fina de tejido sensible a la luz que cubre la parte posterior del ojo. Los rayos de luz se enfocan en la retina, donde son transmitidos al cerebro e interpretados como imágenes. La mácula es un área muy pequeña en el centro de la retina y es la responsable por la visión detallada, permitiendo a la persona leer, coser o reconocer una cara.

Esta consecuencia de la diabetes afecta a ambos ojos. Las personas que la padecen a menudo no se dan cuenta de los cambios en su visión durante las primeras etapas de la enfermedad. Pero a medida que avanza, la retinopatía diabética usualmente causa una pérdida de visión que en muchos casos no puede ser revertida, de ahí la importancia de prevenirla.
Almeida aconseja que las personas con diabetes mellitus deben realizarse un examen ocular por parte de un oftalmólogo al menos una vez, cada seis meses y, lo más importante, el control estricto y periódico de los niveles de azúcar en la sangre.  (F)