Muchos padres o familiares han besado al niño en la boca, como muestra de afecto y cariño, pero esa inocente acción puede afectar la salud del pequeño de manera considerable.

Esto, básicamente, es debido a la transmisión de gérmenes, virus y bacterias a través de la boca, según Gina Zunino, pediatra.

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“Se unen dos factores, primero que las defensas del bebé aún son muy débiles, y segundo que el adulto puede ser portador de alguna enfermedad viral”, explica la especialista.

Uno de los virus de transmisión bucal más conocidos es el herpes labial, basta un pequeño contacto con la piel y el niño se habrá contagiado, y cabe resaltar que es una enfermedad controlable, pero no curable.

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Además de eso están las bacterias que el mayor pueda tener en ese momento en su boca, ya sea por una mala higiene o porque tuvo contacto con algún agente sin darse cuenta.

La especialista sostiene que inclusive las caries se pueden transmitir de esta manera, al tratarse de bacterias dañinas que reposan en los dientes.

Otro factor a tomar en cuenta es el psicológico, indica Zunino, cuando se trata de niños de más de tres o cuatro años. “Sobre todo por los límites de la corporalidad y relaciones con otras personas que se ponen en juego con los besos en la boca, se puede prestar a confusiones”, añadió.