Un incentivo de $7.500, fue lo que recibió la periodista ecuatoriana Sabrina Duque, quién ganó la Beca Michael Jacobs de crónica viajera 2018, que entrega la FNPI– Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, el Hay Festival y la Fundación Michael Jacobs.

Para la cuarta edición, el jurado conformado por Diego Cobo, ganador de la beca en 2017, y por Daniel Samper Pizano y Jon Lee Anderson, maestros de la FNPI, eligió la propuesta de Duque entre 246 postulaciones.

Nicaragua: pueblos, lava y cenizas se titula el proyecto de libro periodístico por el que se premia a Duque, un trabajo que explora la relación de los nicaragüenses con sus volcanes, en ocasiones comparable a un “amor suicida”, como lo describe la autora.

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Para el jurado, esta es “una propuesta que respira periodismo y responde al requisito básico de la crónica de viajes: ofrecernos una nueva forma de mirar el mundo”, como recoge el acta de juzgamiento de la beca.

El jurado también destacó el alto nivel de las postulaciones en general y el incremento en la cantidad de trabajos que pueden ser considerados propiamente crónica de viaje, con relación a años anteriores.

Lo que recibe la ganadora

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 7.500 dólares es lo que entrega la beca, Duque realizará media docena de viajes a lo largo de la geografía nicaragüense por un período de ocho meses, buscando continuar el proyecto que emprendió desde marzo de 2017, cuando se radicó en el país centroamericano. La periodista ahora irá tras nuevos relatos que compilará con historias que ya ha reporteado, como la irrespetuosa relación de Managua con el volcán Masaya –hacia cuyas faldas ha crecido la ciudad– o la comunidad que cuida las huellas más antiguas del país –las de Acahualinca– dejadas en lodo volcánico hace 2000 años.

Adicionalmente, Duque será invitada a participar como jurado de la próxima edición de la Beca Michael Jacobs de crónica viajera y, gracias a la Asociación Manolo El Sereno –MAELSE–, podrá disfrutar de una estadía de máximo seis meses en una casa en Frailes, Andalucía (España), lugar en el que Michael Jacobs escribió algunos de sus últimos libros.

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Sobre Nicaragua: pueblos, lava y cenizas

Cuando Sabrina Duque se mudó a Nicaragua cayó en cuenta de que nunca había pensado en el país como una tierra de volcanes. Su nombre solo le remitía a tragedias, poemas y revolución. Pero ahora tiene la impresión de que todas las historias de Nicaragua que no son políticas tienen que ver con un volcán. Que si el Canal se construyó en Panamá y no en Nicaragua fue por una estampilla con la imagen de un volcán en erupción. Que si la Gritería chiquita, una fiesta católica, comenzó por una promesa a la Virgen para que parase una erupción. Que Rubén Darío le había escrito poemas al Momotombo. Que en el lado Atlántico del país existe un pueblo de agricultores que fue evacuado desde la Costa Pacífica en los años setenta, durante una erupción.

Al descubrir esas historias fue cuando empezó a pensar en escribir un libro de crónica de viajes que contara la Nicaragua desconocida con el pretexto de los volcanes.

Sobre Sabrina Duque

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Es periodista, cronista y traductora. Vivió cuatro años en Lisboa, Portugal, también dos años en Brasil. Sus historias han sido traducidas al portugués, italiano e inglés. En 2015 fue finalista del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, categoría Texto, con el perfil Vasco Pimentel: el oidor, publicado en la revista Etiqueta Negra. Su ensayo ¿Hay vida después del Maracaná? aparece en el libro Eduardo Galeano, Un ilegal en el paraíso (Siglo XXI, 2016). En 2017 publicó Lama (Editorial Turbina), una crónica sobre la vida de los sobrevivientes de Bento Rodrigues y Paracatú de Baixo, pueblos del interior de Brasil sepultados por el barro tóxico que se desbordó de una represa de desechos mineros. Además, ha publicado en Folha de S. Paulo (Brasil), O Estado de S. Paulo (Brasil), Internazionale (Italia), Storybench.org (EE.UU.), GK.city (Ecuador) y Brecha (Uruguay). (I)