La enorme rueda es parte de la silueta del Strip, la alargada avenida donde están los famosos hoteles de Las Vegas.

De noche, su contorno iluminado se visualiza desde diferentes zonas y se mezcla con los letreros que iluminan los hoteles y que vuelven vistoso el Strip.

Tiene 167,7 metros de altura y es considerada una de las norias más grandes del mundo. Bautizada como High Roller o el gran rodillo, esta noria es una de las atracciones que sumó la ciudad de los casinos en el 2014.

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A ella se accede por un cajellón de unos 100 metros que se conoce como The Linq y que conecta con la calle Strip. Allí convergen bares, cafés y restaurantes famosos como el de Gordon Ramsay. La High Roller hace de fondo en medio de ese transitado callejón que cobra más vida por las noches, cuando el ruido y las luces se apoderan de Las Vegas.

El público puede acceder a esta atracción desde las 11:30, previo a la compra de un tiquete que antes de la 17:00 tiene un costo de 25 dólares por persona. Después de esa hora, el tiquete general sube 10 dólares.

A diferencia de la noria de Guayaquil, que tiene 57 metros, las cabinas de la High Roller no están a pocos metros del piso. Para llegar a las esferas hay que subir dos niveles de escaleras eléctricas.

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Y allí, a ese nivel, se tiene un primer paisaje llamativo: el monorriel de Las Vegas pasando muy cerca de la noria.

Las cabinas de la noria bautizada como High Roller. Foto: Jorge Villón

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Las 28 cabinas de la rueda son blancas y enormes. Con formas esféricas y vitrales que permiten tener una visión de 360 grados. Tienen capacidad para recibir a unos 40 pasajeros. Una de ellas es un bar para consumo de bebidas.

Para subir a las cápsulas hay que realizarlo al andar. La rueda no se detiene. Y los pasajeros deben hacerlo en segundos. Uno detrás de otro. Una enorme red se extiende debajo de las cabinas, como para amortiguar cualquier caída.

Construida a un costo de 175 millones de dólares, la High Roller -propiedad de la empresa Caesar Enterteinment- se mueve al compás de las manecillas del reloj. Lentanente para completar su ciclo de rotación en 30 minutos.

A medida que asciende, las pantallas de las cabinas van proyectando imágenes de cómo se construyó este aparato desde el 2011. Y las más de 2.000 luces que iluminan por las noches cada esfera.

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Como no hay muchos asientos para dar cabida a todos los pasajeros, la mayoría prefiere ir con sus smartphones pegados a los vitrales curvados para captar los diferentes escenarios de Las Vegas.

No hay vértigo ni sensación de mareo mientras se mueve. Las cápsulas pivotan sobre sí y se mantienen siempre en posisición horizontal.

Cuando una esfera alcanza los 167 metros de altura, con una vista despejada, viene la mejor panorámica de la ciudad. El

Strip con todos sus edificios famosos, desde el Luxor con forma de pirámide hasta el Circus Circus, con figura de carpa, en el otro extremo.

Es el mejor punto céntrico para tener una idea de las dimensiones que tiene la ciudad, cuya majestuosidad está propiamente en esa franja de edificios del Strip.

Desde esa altura también se aprecia el cordón montañoso que rodea Las Vegas, el aeropuerto y las viviendas que se extienden hacia afuera de la urbe levantada en pleno desierto.

Las Vegas vista desde la noria más alta del continente americano. Foto Jorge Villón Reyes

Al final del ciclo de rotación, los acodadores ofrecen al público imprimir las fotos que captan a los pasajeros antes del ascenso.

A la salida de la noria de Las Vegas se ofertan artículos relativos al High Roller.

La salida conduce estratégicamente hacia la tienda de souvenirs de la noria. Allí se expende artículos desde 10 dólares.

Horarios de atención para subirse al High Roller

-Todos los días, de 11:30 a 02:00.

Precios (*)

-Hasta las 17:00, 25 dólares. Niños de

13 a 17 años pagan la mitad.

-En la noche los boletos cuestan 35 dólares. 

* Los precios publicados corresponden a enero de 2018.  (I)