Las bebidas gaseosas o procesadas pueden contener cantidades considerables de azúcar, una lata común de 12 onzas puede llevar hasta 39 gramos de azúcar (hay variedades con menos endulzante), 14 más de la dosis diaria aconsejada.

Tanto en adultos como en niños, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda reducir la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total.

Publicidad

Un reciente estudio de la Universidad de Stellenbosch, en Sudáfrica, confirma sus riesgos; dos latas con las proporciones mencionadas, a la semana, son capaces de aumentar el riesgo de diabetes, presión arterial alta, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.

“Hace mucho tiempo se conocen las consecuencias de tomar mucha gaseosa, no solo por la cantidad de azúcar que pueden contener, también por otros aditivos que se le agregan en su producción”, comentó Rocío Castro, nutricionista.

Publicidad

Agregó que cambiarlas por las dietéticas “tampoco es la solución, lo ideal es reducir su consumo a un mínimo... si desea tomarse una gaseosa puede hacerlo, lo malo está en el exceso, una vez a la semana, o cada dos estaría bien... pero no más”, sugirió la experta. (F)