“Ven, te ruego, calma mi angustia y lo senil de mis antojos... Tengo el gusto de decirte que voy muy bien y lleno de pena, por tu aflicción y la mía, por nuestra separación. Amor mío, mucho te amo, pero más te amaré si tienes ahora más que nunca mucho juicio. Cuidado con lo que haces, pues si no, nos pierdes a ambos perdiéndote tú. Soy siempre tu más fiel amante”, es un fragmento de las tantas cartas que Simón Bolívar le escribió, entre 1822 y 1830, a Manuela Sáenz. Al menos 30 de ellas están plasmadas en un libro.