“Dios se lo pai” (Dios le pague), decían los niños cuando las personas más adultas de Salasaca, cantón Pelileo, les hacían la entrega del kamari (regalo), que consiste en una herramienta para el trabajo en la agricultura, en la celebración del Cápac Raymi, conocida como fiesta mayor o de los príncipes que se desarrolló el sábado pasado en la comunidad Llicacama.