La noche del próximo 10 de enero, <strong>Connie Jiménez</strong> se despide de Ecuador para comenzar su competencia por la corona del Miss Universo, concurso de belleza que este año se desarrollará en Filipinas, para el que se ha preparado dentro y fuera del país con diversos expertos.Además de la asesoría con el staff de la organización Miss Ecuador, Jiménez, al igual que otras reinas de belleza del país, eligió a Venezuela como escuela para complementar su formación para el concurso internacional, cuya final será el 30 de enero.“Estuve dos semanas allá (Venezuela), fue más que todo para pulir, y estuve en clases de maquillaje, de peinado, en el gimnasio, de oratoria, pasarela y baile”, cuenta la también ingeniera agrónoma, quien mantuvo un encuentro con Osmel Sousa, presidente de la organización Miss Venezuela.Esta inversión que hace cada aspirante a la corona universal (el viaje es costeado por la representante), va de la mano con la fama histórica del vecino país en ganar títulos de belleza. “Siempre se habla con la organización (Miss Ecuador) y cómo te digo, depende de cada quien. Sabemos que Venezuela tiene muchas coronas, por lo tanto es un país de reinas, estudiado mucho en el tema, entonces es muy bueno ir a complementar, pero siempre mantener la preparación ecuatoriana”, afirma.Las críticas, buenas y malas, han estado presentes desde su elección en marzo pasado. En redes sociales, como en su cuenta en Instagram, las posturas en contra o a favor de su vestuario han sido tema de discusión. “Del 12 de marzo (fecha de su elección) para acá, si algo he aprendido y lo tengo bastante claro, es que no hay un look que haga feliz a todo el mundo, ni una ropa, ni un color de cabello, ni nada por el estilo (...) Entonces hay que aprender a escuchar los comentarios que son críticas constructivas y a ignorar los demás”, dice.Y ser una figura pública, involucrada en un certamen de belleza, la expone también a la comparación con otras representantes. Desde el 2013, cuando Constanza Báez logró un histórico tercer puesto en el Miss Universo para Ecuador, la expectativa sobre el desenvolvimiento de las ecuatorianas es constante. “Yo creo que nuestra competencia o con quien debemos compararnos siempre es con nosotras mismas. Eso lo he venido haciendo desde que me gradué, desde que gané como Miss Ecuador, he venido mejorándome, haciendo una mejor versión de mí misma. Si te das cuenta, ninguna Miss Universo es igual a otra y no hay una fórmula que te diga cómo lograrlo”, añade Jiménez, de 21 años. “Es ir y demostrar una personalidad, intelectualidad e inteligencia. En los últimos concursos no se está buscando a una chica que sea muy bonita, o muy alta o muy flaca, sino que tenga una opinión sobre todos los temas y que se encuentre al día sobre los problemas de su país y del mundo”, añade Jiménez, quien se sometió a un tratamiento estético para afinar su cintura.Ornella Lebed y Tania Bustos, diseñadoras ecuatorianas, serán las responsables de su vestuario para el torneo extranjero. La mayoría de los trajes que llevará son de ellas, además de una joya creada por Jonathan Tello, que se prevé tenga forma de mazorca en alusión a la provincia de Los Ríos para la subasta benéfica de la gala de belleza.Además de su preparación, Jiménez también se ha involucrado en actividades con organizaciones como Fuvida, hospital Marianita de Jesús.La riosense también se integró con una campaña en Dubái, como imagen, en una iniciativa de reciclaje. Pero uno de sus proyectos más importantes, recalca, son las escuelas de campo en Manabí y Ventanas, para enseñarles a los habitantes de estas localidades cómo producir sus propios huertos.Asegura que aún no ha trazado planes para después del concurso. Visualiza su año nuevo con una corona del Miss Universo, una experiencia que espera disfrutar a su ritmo. <strong>(I)</strong>