Si con su música Joey Montana y Maluma tienen garantizada una audiencia masiva, con su carisma y puesta en escena se ganaron la fascinación de más de seis mil personas que asistieron a su show el sábado pasado al coliseo Rumiñahui de Quito.

La noche empezó con los ecuatorianos Nikki Macliff y el dúo Rocko & Blasty, quienes –sin la gigantesca producción escénica de los invitados internacionales- dieron todo de sí y abrieron con alegría una fiesta de pop, ritmos tropicales, reguetón y un sinnúmero de fusiones que duraría casi cinco horas.

El dúo Rocko & Blasty fue telonero del gran show

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Entre las 20:00 y las 21:00, interpretaron sus éxitos, mientras el público seguía llegando hasta el coliseo que de a poco fue llenando los espacios vacíos del comienzo.

Luego fue el turno del panameño Joey Montana. A las doce canciones que trajo a Quito -entre ellas Noche de carnaval, Amor del bueno, Único y Picki- se sumaron largos diálogos con lo asistentes, una combinación ideal para poner a todos a bailar, a saltar, a seguirle en el canto y en las historias que contó durante la noche.

En los graderías la fiesta se había prendido; especialmente, entre las mujeres. Bailaron “hasta abajo”, para un lado, para el otro, con sus amigos, acompañantes o solas. La edad fue lo menos importante. Niñas, adolescentes y maduras se juntaron en una sola coreografía diseñada y dirigida desde el escenario por el carismático Joey Montana.

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La cantante ecuatoriana Nikki Macliff abrió el show de Malulma

Los bailarines y los coros del artista fueron ecuatorianos. El panameño invitó a tres de los participantes del concurso La Voz a compartir del escenario, tras lo cual la fanaticada lo despidió en medio de gritos y euforia.

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El cierre del show estuvo a cargo del colombiano Maluma. A las 23:17 se apagaron las luces y empezó un juego de luces, colores, sonidos... De entrada, la canción Borro Cassette provocó un grito ensordecedor. Después, el ambiente solo podía ser de fiesta: Temperatura, Obsesión, Medley, Carnaval...

El artista salió vestido de blanco y estuvo acompañado por un equipo e baile impecable.

En total, fueron cerca de 20 canciones que dejaron una sensación de que no podía haber mejor cierre para la noche. (E)