Karla Medina Morales, enviada especial

Más de 70 años han transcurrido desde que la joven de origen judío Ana Frank, junto con varios de sus familiares y amigos, se escondió en un edificio de Ámsterdam de la persecución del régimen nazi, que en ese entonces se había tomado gran parte de Alemania.

Publicidad

Su historia quedó retratada en el Diario de Ana Frank, de su autoría, y que fuera publicado años después por su padre, Otto Frank, único sobreviviente de su familia.

Hoy se la vuelve a contar a través de una muestra de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo). La exposición está en el pabellón de Holanda, que es el país invitado de la 29ª edición de la Filbo.

Publicidad

‘Que me dejen ser yo misma’ es como se titula a esta exposición itinerante, que llega por primera vez a América Latina, según Lies Wijnterp, líder del proyecto Hola Holanda.

La Casa Ana Frank en Holanda es la que envió esta serie en la que se incluyen fotografías y fragmentos del diario de la joven que murió en un campo de concentración un poco antes de que se terminara la Segunda Guerra Mundial.

Hasta el próximo 2 de mayo, el público puede ser parte de los relatos de la joven autora. Entre los elementos que forman parte de la exhibición está una maqueta del escondite anexo al edificio de Ámsterdam, que sirvió de refugio a ocho personas por más de dos años, hasta que fueron apresados y llevados a los campos de exterminio.

Con imágenes de gran tamaño se muestran los primeros años de Ana Frank, su posterior migración y su escondite.

Esta exposición también enlaza la historia de la familia Frank con los acontecimientos históricos que ocurrieron en ese entonces, entre ellos describe la discriminación que sufrió el pueblo judío durante el nazismo, el surgimiento del Partido Nazi y la misma guerra mundial.

Adicionalmente se acondicionó un espacio para la proyección de un audiovisual que habla sobre los Frank y el nazismo.

Andrés Camargo, uno de los visitantes a esa muestra, cuenta que este tipo de series ayuda a la población, sobre todo a la comunidad juvenil, a entender lo que fue el horror del Holocausto. “Me parece muy interesante e importante saber de la historia, no solo por conocer sino para que no se repitan estas atrocidades en el mundo”, dijo el joven, que el pasado miércoles viajó desde Medellín para visitar la feria bogotana.

La Filbo tiene 23 pabellones, y 7 de ellos son espacios dedicados a la memoria histórica. El pabellón cuatro, que alberga a Holanda, el país invitado, y donde se encuentra la muestra en homenaje a Ana Frank, también cuenta con otros espacios en los que se representa la cultura holandesa.

La líder del proyecto Hola Holanda indica que además de difundir la literatura y la labor de realizadores de los Países Bajos, lo que se busca es darle un enfoque al diseño, arquitectura y al urbanismo. (F)

Pabellón holandés
Cultura y tradiciones

Exhibición
“El concepto del pabellón es un pueblo holandés y cada una de las casas tiene una exposición en la que se habla de distintos aspectos de la población holandesa”, dice Lies Wijnterp, líder del proyecto Hola Holanda. En uno de los primeros cubículos, los realizadores trasladaron la arquitectura al diseño. Esto lo representan en una casa de muñecas, espacios de decoración de una vivienda tradicional holandesa, pero con su toque contemporáneo.