Hace 30 años la idea de poder grabar un video de manera portátil era casi una fantasía. Las cámaras eran grandes armatostes dedicados más para el uso profesional. Sin embargo, en 1985 la empresa japonesa Sony cambió este panorama lanzando el primer equipo portátil con el cual las personas podían hacer un video casero; se trataba de la Handycam CCD-M8.