A la entrada, grandes cascarones de pintura denotan el descuido de la fachada y, al interior, las manchas de zapatos en las paredes de los pasillos confirman la falta de mantenimiento. Sin embargo, la apariencia no frena las ganas de aprender en el Conservatorio Nacional de Música que el próximo 26 de abril cumple 115 años de vida institucional.
















