Después de combinar los ritmos caribeños, andinos y urbanos en Te vi, que puso a bailar a finales del 2014, el cantautor colombiano Jorge Villamizar llega a Ecuador con su nuevo trabajo, La rosa, una canción que considera un pequeño tributo al sonido que fue Bacilos (desaparecida banda).

“La rosa es quien soy en el escenario” y esa combinación de la música que caracterizó a Bacilos es la fórmula de la canción. “Lo hice a propósito, es mi sonido y me siento cómodo haciéndolo. Fue para apropiarme de algo que siento que es mío; eso soy yo”, dijo nostálgico en una entrevista a este Diario.

Publicidad

Jorge Villamizar se siente seguro tocando la guitarra española, esa de cuerdas de nailon y cantando melodías de amor; eso fue Caraluna y por eso decidió aplicar la misma fórmula a La rosa.

El cantautor colombiano, que vivió en Ecuador durante su juventud, espera calar en la memoria de las nuevas generaciones tanto como se metió –hace más de una década– en las venas de los jóvenes de ese entonces con Mi primer millón, Caraluna, Tabaco y Chanel.

Publicidad

Villamizar vive ahora en los Estados Unidos. Se considera un inmigrante permanente y muy orgulloso de venir de una familia “de verdad, de esas que se mantienen unidas”.

Además de cantar y sobre todo componer. Le gusta mucho viajar, conocer, pensar, la política, la filosofía, la historia, las motos, los aviones. “Me gusta entender cómo el ser humano se gobierna a sí mismo, se manipula, se controla, como vivimos en altas densidades”, comentó con pasión.

El artista estudió Ciencias Políticas, pero se graduó de Administración de Empresas. Se cambió a medio camino porque empezó a darse cuenta de que “la política es desastrosa”.

Su vida es la música y desde los 7 años de edad soñó con ser cantautor. “Mis héroes eran los compositores y no los cantantes”, recordó mientras se remontó a cuando tenía 14 años y recorría las calles de Quito y componía canciones rebeldes a las profesoras.

Pero su rebeldía se frenó a los 20 años cuando se enamoró y desde entonces quedó prendido con ese estilo amoroso en su trabajo artístico. “Por suerte no soy futbolista y puedo seguir trabajando, componiendo”, subrayó. (E)