Tras 43 años de enseñanza en el Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane, la maestra ecuatoriana Elina Manzano Vela dejó sus aulas para acogerse a la jubilación. No obstante, sus deseos de seguir impartiendo la cátedra en el piano no han mermado.Esta concertista y pedagoga, a sus 70 años, aún siente las mismas ganas de cuando era más joven por seguir difundiendo entre sus estudiantes “el amor y la pasión hacia las artes, en especial hacia la música”.En diciembre pasado la guayaquileña, proveniente de una familia con vasta trayectoria musical, recibió de la Asamblea Nacional la presea al mérito cultural Matilde Hidalgo de Procel.Sus múltiples intervenciones en el ámbito cultural y artístico, no solo nacional sino internacional, hicieron que la carrera de la pianista sea reconocida no solo por ese organismo sino por otras instituciones como la Asociación Nacional de Periodistas.Esta guayaquileña es la mayor de los hermanos Manzano Vela (Jorge, Sonia, Norka e Ibsen). “Venimos de una familia musical, creo que nacimos con eso, y eso es bueno porque compartimos la misma pasión por el piano”, refiere Manzano.Al hablar de sus hermanos, lo hace con mucho orgullo. Manzano cuenta que ellos siempre han sido uno de sus pilares fundamentales, quienes la acompañan en todo momento.Desde muy joven, la concertista descubrió su amor al piano, pues a los seis años ya ingresó a estudiar música en la desaparecida Academia Santa Cecilia. Agrega que desde mucho antes, gracias a su madre Carmen Vela de Manzano, ya ejecutaba temas, dice que los aprendía de oído.En su juventud, Elina Manzano fue parte del elenco de importantes cuerpos de música clásica del país, entre ellos las orquestas sinfónicas de Guayaquil, de Quito y de Cuenca.Ya en su madurez, además de estar dedicada de lleno a la música, se desempeñó también como rectora del conservatorio Neumane. “Tuve el honor de dirigir por varios años aquella institución a la que siempre consideraré mi casa, mi vida”, cuenta la artista.Elina junto con sus hermanos y otros familiares ofrecen al público, cada dos años, un concierto de piano. Asegura que para este show se toman varios meses, pero que el resultado “es un impecable espectáculo”.El pianista Geovanni Paredes, exalumno de Manzano, la define como “una maestra y concertista excepcional”. Además la califica como un ser humano “cálido” y una profesional que maneja una “técnica impresionante”.Para él, no hay otra persona “con esa extraordinaria trayectoria” que se merezca tantos reconocimientos como la pianista Elina Manzano.La hija de la música, Elina Félix, fue otra de sus estudiantes. Ella recuerda a Manzano como una profesora “disciplinada, enérgica, pero amorosa, paciente” no solo con ella, sino con todos sus alumnos.Hace 35 años, la pianista fundó el Conservatorio Particular Federico Chopin, uno de los más antiguos de la ciudad, ubicado en Hurtado 901-A y Carchi. La batuta de esa entidad ahora la tiene su hija. La jubilada artista sigue dictando clases por las tardes.Manzano compartió el escenario con músicos nacionales, como Jorge Saade, Ecuador Pillajo y Beatriz Parra. (F)