La oficina de Alfredo Enderica es una oficina de arquitecto, pero parece un minimuseo de Julio Jaramillo. Hay un colorido cuadro de perfil de JJ y las paredes están llenas de discos del cantante. Esos discos tienen su historia, como haber dejado un caro reloj de prenda para que nadie más se lo lleve, o viajar por los países que visitó JJ para conseguirlos.

Este arquitecto de 64 años comenzó su colección a los 9, cuando su hermana le regaló un disco del artista, del sello mexicano Peerles, que le había regalado su novio. Allí estaba grabado el tema Nuestro Juramento. Enderica aún conserva el disco y desde ese día ha reunido 4.004 canciones del Ruiseñor de América, en formato LP, cassette y en CD. Es el cuarto coleccionista y el primero en Ecuador.

Boleros, cha cha chás, joropos, tonadas, valses, polkas, baladas, pasodobles, pasillos, galopas, huapangos, pasajes y otros géneros cantandos por Jaramillo suenan en su computadora, en donde tiene digitalizada toda su colección.

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La carpeta de rarezas guarda sus tesoros de JJ, como una grabación en la que está cantando en una celebración en México, en la que se escucha la bulla de la fiesta, y se oye claramente la afinación de Jaramillo, a pesar de que “estaba borracho”, según cuenta Enderica. En otro archivo, Julio cantan Trokis Mokis, una canción peruana sobre un negrito que viene de otro planeta donde hablan un idioma extraño: "Trokis mokis troki trokis, acurrucutucustacus, acurrucutú paloma, échale caliche al chancho, eso quiere decir, salud compadre, que traiga más vino para seguir tomando".

Enderica cuenta que cada dos años, los grandes coleccionistas de JJ se reúnen en Velvet Records en Nueva York, a compartir sus nuevas "rarezas". "Uno dice: 'traigo esta rareza', y lo hace escuchar, y si otra persona lo tiene, tiene que hacerlo escuchar también, gana el que lleva algo no repetido. Casi siempre gana Pepe Reyes, el coleccionista número uno de JJ, que es salvadoreño (vive en EE.UU)", comenta el guayaquileño, que ganó esta especie de concurso con una narración de Julio.

En Lima, en 1963, comenzó a comprar discos de JJ, en esa época pegó mucho Licor Bendito, Niégalo todo, canciones grabadas en Colombia. Tiene discos de fabricación, alemana, inglesa española y japonesa, país donde hay un club de fans de Jaramillo.

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Seguidores internacionales

Dicen que el segundo mayor coleccionista de JJ es Yoshinori Yamamoto. Aunque casi no hay datos de él, Enderica cuenta que él lo ha visto dos veces en Nueva York, y que es un ingeniero electrónico que trabajó en la Matsushita Electric Industrial Company, y que tiene unos 65 años, aproximadamente. Yamamoto le contó que conoció la música de Jaramillo cuando este ya había muerto. Así que viajó por toda América, incluso vino a JD Feraud Guzmán en Guayaquil, adquiriendo lo que encontraba del artista, sea repetido o no, y luego lo clasificó.

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Una vez en Velvet Records, cuenta que Pepe Reyes llevó 12 discos que nadie tenía de JJ y Yamamoto le ofreció mil dólares por cada disco. "Pepe es un obrero que vive en Estados Unidos, pudo sacar 12 mil dólares, pero dijo que no", añade.

Otro coleccionista que conoce es Jaime Esteves, de República Dominicana, que vino a Ecuador y Alfredo lo llevó a hacer un tour de JJ. Conoció el club Caribe, la Mamita, las casas donde vivió Julio, las radios donde cantó, cada lugar donde el cantante dejó una historia.

Aunque una parte de su colección está en la oficina, no suele escuchar ningún disco de lunes a viernes. Pero cada sábado, Alfredo Enderica se reúne con un grupo de amigos a conversar y tomarse un trago. Julio Jaramillo es un invitado más de cada velada y su voz suena, en cualquier género, inquebrantable.