El inicio de la edición 62 de las Fiestas del Yamor de Otavalo se desarrolló con algarabía y expectativa. El pasado viernes, más de cien mil personas se aglomeraron en las aceras de la tradicional calle Bolívar para observar el pregón de fiestas que marcaba el comienzo de la tradicional celebración, que se vivirá durante diez días.

Los habitantes del Valle del Amanecer recibieron a las autoridades con aplausos, entre ellas la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, mujer que hace 15 años, a bordo de uno de los carros alegóricos, también desfiló por las calles otavaleñas. Pero en aquella ocasión, lo hizo en busca de la corona que la proclame como reina del Yamor.

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Pedro Cotama, otavaleño de nacimiento, estaba sentado en un banco de plástico, que compró a 5 dólares a uno de los vendedores ambulantes. Su esposa, Genoveva Garzón, y tres de sus pequeños nietos lo acompañaban. Cotama, de 74 años, dijo que es un honor para los otavaleños recibir delegaciones de todas partes del país.

Con una bufanda negra, chompa de cuero con forro de algodón blanco y en su mano un vaso de plástico con café, don Pedro, al igual que su familia, intentaban repeler el frío nocturno.

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Muy orgulloso, Pedro contó que durante 25 años formó parte de las comparsas y carros alegóricos que alegran esta fiesta. Y después de contar anécdotas, narró la leyenda que habría dado origen a la fiesta del Yamor.

“Hace miles de años el Taita Imbabura, amo y señor del cabildo, que estaba casado con Isabel Cotacachi, una mujer muy hermosa y noble, recibió la inesperada visita de Pacarina, una adolescente de 15 años quien por esos tiempos sufría una gran pena de amor. Tras ver las lágrimas que caían continuamente del rostro de la joven, el Taita Imbabura le preguntó el porqué de su llanto. Y Pacarina le contó que estaba enamorada de un muchacho, pero que este no le correspondía. Tras escuchar la triste historia, el Taita Imbabura junto con su esposa decidieron convertirla en ñusta (princesa)”, afirmó Pedro, mientras tomaba otro sorbo de café.

Al día siguiente (el sábado), Otavalo eligió a su nueva soberana, dignidad que recayó en Nazaneen Flores, de 19 años, estudiante de tercer semestre de la carrera de Abogacía de la Universidad de Otavalo.

Fueron cinco jóvenes las que disputaron la corona y realizaron tres salidas en diferentes trajes, uno fue el traje típico que representó a las mujeres kichwa del cantón y la provincia.

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Días de festejo hay en Otavalo por la fiesta del Yamor.