La visita a Tierra Santa de Francisco, el papa del pueblo, obligará a las fuerzas de seguridad locales a tomar medidas para protegerlo de grandes riesgos.

Durante su peregrinación, el santo padre quiere mezclarse con la multitud en dos oportunidades en un automóvil descubierto, una vez en Amán y otra en Belén (territorios palestinos). “En materia de seguridad, este papa plantea un problema”, reconoció el padre David Neuhaus, asesor de prensa del Patriarcado latino de Jerusalén para la visita que Francisco llevará a cabo del 24 al 26 de mayo próximos.

Desde el día en que fue entronizado en Roma, el papa argentino ha franqueado varias veces el cordón de seguridad para acercarse a los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro, recordó el padre Neuhaus, considerando probable que Francisco también se aparte del protocolo durante su visita. Esto podría crear problemas a las fuerzas de seguridad jordanas, palestinas e israelíes, que son las encargadas de protegerlo.

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Jordania quiere mostrar que es “un oasis de paz y de estabilidad en una región en crisis”, declaró un responsable de seguridad en Amán. Unas 500 personas reforzarán la guardia real durante la visita papal.

En conformidad con sus deseos, Francisco dará una vuelta en un jeep descubierto cuando llegue para una gran misa el 24 de mayo en el estadio de Amán. Todos sus otros desplazamientos se harán en helicóptero o en un automóvil normal cerrado.

El 25 de mayo, la policía y la guardia presidencial palestinas tomarán el relevo cuando el jefe de la Iglesia católica llegue a Belén. Mujeres jóvenes de la Guardia Presidencial, entrenadas en Jericó y Jordania por el Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), una fuerza especial francesa, serán destinadas a la protección del papa.