La española Tamara Rojo, que combina con “mucha dedicación” sus papeles de primera bailarina y directora del English National Ballet (ENO), augura su futuro subida en el escenario y no descarta coreografiar si encuentra “la inspiración”.

“Mientras pueda bailar al nivel que me exijo, lo haré. También pienso seguir dirigiendo y, si encuentro el momento y la inspiración, coreografiaré”, afirmó la española, de 39 años, en entrevista con Efe, con motivo de su reciente estreno en Londres.

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La bailarina deslumbra al público londinense del Teatro Coliseum, donde su compañía, una de las cuatro más prestigiosas del Reino Unido, representó hasta el domingo Le Corsaire, la primera gran producción de Rojo como directora y en la que también baila.

Inspirada en el poema The Corsair, de Lord Byron, la representación “es un gran espectáculo de danza, basado en un ballet clásico del siglo XIX, pero bailado y representado con las capacidades técnicas y artísticas de hoy”, destacó la nacida en Montreal (Canadá), que se trasladó a España cuando tenía 4 meses y lleva 16 años residiendo en Reino Unido.

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Cada vez que sale al escenario, sus primeros pasos de ballet están cargados de “nerviosismo”, pero preceden siempre a “una sensación difícil de explicar”, dijo, “una mezcla de abandono en el papel y una enorme atención en lo que estás haciendo”.

La exigente bailarina ha reivindicado en muchas ocasiones el gran esfuerzo que requiere la danza clásica. Capaz de interpretar teatralmente con sus movimientos, Rojo defendió la importancia de la versatilidad en un bailarín, “sobre todo en papeles con carga dramática como Julieta o Manon”.

Pasos

Tamara Rojo tiene como inspiración el cine, el teatro y la pintura, junto con las clases y los ensayos. Ganó el Premio Príncipe de Asturias 2005.