La rapera sevillana María Rodríguez Garrido sigue tan mala como siempre con las injusticias del mundo y, tras la edición de su último disco, que se publica hoy, se reivindica también como "Bruja" (Universal), no solo un título sino un símbolo de lo que siempre ha querido ser, "libre y sabia".

Tras tres años desde "Dirty bailarina" (2010), la cantante reaparece con un disco repleto de " nuevos versos, ideas, pensamientos y mucha emoción". El single de presentación, "33" "es un estallido y expresa una manera de sentir" y escucharla invita a la reflexión, afirma.