El ecuatoriano Daniel Moreno concibe la arquitectura como una “permanente búsqueda lúdica”. Y eso queda claramente reflejado en sus proyectos que en estos días se pueden ver en Madrid. Sus obras forman parte del portafolio de trabajos participantes en la V Bienal de Arquitectura Latinoamericana de la Universidad de Navarra que se celebró en Pamplona, del 25 al 28 de abril. En la muestra que ocupa un espacio en “La Arquería”, la sala expositiva del Ministerio de Fomento, Moreno hace un repaso a una trayectoria que le ha llevado a recorrer el país con una propuesta de trabajo desde lo abstracto y que aprovecha los recursos existentes como infraestructuras obsoletas, residuos líquidos o basura urbana.

Es precisamente por esto que José Manuel Pozo, responsable de la Bienal, considera que Moreno “es un perfil de arquitecto que se sale de lo habitual”. El no perder la capacidad de sorpresa, el mantener una actitud alegre, el realizar alianzas de confianza, el buscar la eficiencia y el aprendizaje constante son principios sobre los que se sustentan sus proyectos y que el ecuatoriano, nacido en Marsella, resume en cinco palabras: soñar, alegrar, compartir, optimizar y aprender.

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CASA EL CARRIZAL: Casa que se construyó en La Morita con un proceso de producción participativo que incluyó mingas y que fue desarrollado por el arquitecto Daniel Moreno. 

Estas ideas quedan plasmadas en trabajos como el del mirador al borde del cráter en la laguna de Quilotoa que forma parte de un proyecto de turismo comunitario de la comunidad Shalalá. También en el espacio minimalista para una vivienda - taller en el que se usó madera de un inmueble antiguo que fue demolido, en la construcción participativa de una casa en La Morita o en la intervención de un departamento en Quito para crear espacios sensoriales y ahondar en la idea de la arquitectura como terapia y elemento sanador.

Su paso por la Bienal, asegura en entrevista con Diario EL UNIVERSO, es un punto de inflexión en su carrera. Supuso un paso más en la internacionalización de su trabajo pero, además, le permitió la posibilidad de establecer nexos estratégicos con otros profesionales.

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Según su punto de vista, la arquitectura nacional atraviesa un buen momento: “desde hace algunos años se ha producido un despertar de nuestro quehacer, se han moldeado nuevas formas de abordar la profesión, acercándose más a la gente”. Moreno habla de una arquitectura emergente fruto de la falta de recursos económicos que “ha entendido que se puede hacer mucho con poco, siempre experimentando y descubriendo formas de hacer”.

En la exposición también se puede apreciar el proyecto Pabellón Alemán HIII del equipo de arquitectos ecuatorianos Al Borde que se presentó en la Conferencia de la ONU sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible, Hábitat III, y que consistía en el aprovechamiento del material de ese espacio para la edificación de cuatro prototipos de vivienda con tecnología experimental para una construcción más rápida y barata y así dar respuesta a las necesidades de la población rural tras el terremoto de abril de 2016. (F)