El Gobierno se trasladó estos días a Latacunga –ciudad ubicada a 89 kilómetros o a una hora y media de Quito– argumentando como objetivo el estar cerca de la ciudadanía y escuchar sus necesidades en territorio. El traslado de la sede del Gobierno se decretó un día después de haberse eliminado el subsidio al diésel y entre las amenazas de protestas, aunque con los transportistas se entró en diálogo para mantener por ahora el servicio y no afectar la movilidad.
El artículo 165 de la Constitución faculta al presidente de la República a trasladar la sede de Gobierno a cualquier lugar del territorio nacional durante los estados de excepción, y está en vigencia el declarado desde el 6 de agosto pasado por “grave conmoción interna” a causa de los altos niveles de inseguridad en el país.
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Que el Gobierno vaya a trabajar en Latacunga recordó la decisión que tomó Lenín Moreno en octubre del 2019, cuando eliminó el subsidio a los combustibles y, ante las movilizaciones de rechazo, optó por trasladarse a Guayaquil, donde desde el Municipio se armó una estrategia para no dejar que la protesta indígena alcanzara al Puerto Principal. Aunque el decreto de ahora de Daniel Noboa para trasladar la sede de Gobierno a Latacunga no refiere nada de las amenazas de movilización por el alza del diésel vigente desde el sábado, analistas políticos consideran que este cambio temporal de la sede del Gobierno sí tiene que ver con los anuncios de los sectores sociales y transportistas de llevar la protesta a las calles. Pero tienen dos visiones: una es la de no dar la cara, pero la otra es todo lo contrario, ir a la capital de Cotopaxi, que es el territorio de incidencia de Leonidas Iza, exlíder de la Conaie que ha llamado a la resistencia ante la eliminación del subsidio al diésel. La presencia del mandatario se ve como un desafío frontal a Iza en su propio territorio, ponerse al frente de la reacción.
Desde donde sea que haga su base, el Gobierno está llamado a escuchar a todos los ecuatorianos y dar soluciones ágiles para mantener el orden y la reactivación económica que se atribuye. (O)