El incremento de las tarifas de internet que entró en vigencia el 30 de mayo en Cuba no solo ha generado protestas en la isla, sino preocupación en la comunidad internacional. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) advierte en la decisión un mecanismo indirecto de censura.
Cuba afronta una profunda crisis económica, escasez de alimentos, medicinas, hay apagones, falta de transporte público e inflación. Su presidente, Miguel Díaz-Canel, justifica el alza en la necesidad de ingresos para evitar el desplome del servicio particularmente a estudiantes.
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Se ha limitado la recarga que se pueda hacer en un periodo de 30 días a 360 pesos cubanos (CUP) –equivalentes a 1 dólar en el mercado informal– en un paquete de 6 GB. Tras el consumo, la adquisición de paquetes adicionales tiene valores elevados: el más barato es uno de 3 GB por 3.360 CUP (equivalentes a 28 dólares), según la prensa internacional.
La SIP considera que estas medidas son una amenaza para el ejercicio de los derechos digitales y ‘un mecanismo indirecto de censura que profundiza el aislamiento informativo de la población y restringe el derecho a la libertad de expresión’.
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Sutil o encubierta, todas las formas de censura son graves para los pueblos porque bloquean las libertades y silencian las voces.
La comunidad internacional está obligada a buscar mecanismos que impidan cualquier intento o tentación de un Gobierno de imponer censura. No importa la tendencia o ideología de donde salga la iniciativa, causa el mismo daño: pueblos con limitaciones informativas, pérdida de derechos, temor a expresarse o falta de herramientas para hacerlo.
Está en manos de las organizaciones internacionales pronunciarse formalmente ante un hecho amenazante de las libertades y en los ciudadanos de las nacionales estar alertas ante situaciones que puedan evidenciar intereses, por mínimos que se presenten, para evitar que avancen. Con la censura se pierden paulatinamente todos los derechos. (O)