Las medidas de seguridad están listas y los ensayos de la transmisión de mando arrancaron dos días antes de la posesión de Daniel Noboa Azín como presidente de la República. Mañana jueves, 23 de noviembre, asumirá sus funciones y en general se analiza lo que será su desempeño en Carondelet, pero hay algo más.
Daniel Noboa inicia su gestión con algo más del 65 % de aceptación. Hoy lo relevante es que gobernará para los ecuatorianos en general, quienes votaron y no votaron por él, para los que confían y para los que tienen dudas, también para los apolíticos. Las decisiones que tome alcanzarán a todos.
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Esa ciudadanía debe ser su inspiración, de ahí saldrá su apoyo, su respaldo, pero también las exigencias y críticas.
De los gremios, cámaras, academia, organismos sociales y hasta medios de comunicación el presidente debe esperar respaldo para sus propuestas positivas y crítica cuando se equivoque y sugerencias y planes como aporte.
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En él está tener la sabiduría para defender sus posturas y con argumentos convencer a los ciudadanos en lo que considere, pero también la madurez para corregir y tomar lo positivo de lo que se le plantee más allá de si viene de seguidores u oposición.
Es prudente que el mandatario acepte la voz de quienes lo cuestionan con carácter propositivo y que del otro lado se escuche al mandatario para llegar a acuerdos. Las burbujas y los egos no le han hecho bien al Ecuador y deben romperse.
La población y el presidente esperan de la Asamblea Nacional un trabajo consciente, honrado y apegado a los mandatos constitucionales. Ante los parlamentarios se posesionará Daniel Noboa Azín. Aspirar a una labor conjunta del Ejecutivo y Legislativo en este año y medio es absolutamente necesario.
Desear que a Daniel Noboa Azín le vaya bien como presidente es desearlo para todos los ecuatorianos. Él y los habitantes de este país debemos esperar mejores días y trabajar para ello. (O)