‘No se permite el ingreso de vehículos sin placas’. Letreros con leyendas como esta destacan en las garitas de urbanizaciones de la vía a la costa, Samborondón y La Aurora. La sociedad reacciona ante la falta de acción de los llamados a controlar la circulación de carros y motos que incumplen las leyes del país.
En esta columna se ha escrito en reiteradas ocasiones sobre el riesgo que implica la circulación de vehículos sin placas y de los responsables. El alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, sostuvo el 19 de febrero que, para él, “carro sin placa casi que es carro narco; es sinónimo de carro chueco”, y dispuso que todos los vehículos de la Municipalidad la porten.
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No es un secreto que un alto porcentaje de carros o motos involucrados en delitos no portan placas o están alteradas. Y aunque el Código Orgánico Integral Penal establece multas del 30 % del salario básico ($ 141), y 6 puntos menos en la licencia de quien vaya al volante de vehículos en esas condiciones, es común verlos circular.
La iniciativa de la comunidad en el control de los sectores donde habita es un síntoma de la preocupación por la seguridad e impulsa a los vecinos que con algún pretexto no portan placas a cumplir con las leyes. En las ordenanzas municipales de los cantones que han asumido el tránsito también se incluyen sanciones; pero, si no se aplican, pasan sin efecto.
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Los habitantes de urbanizaciones han dado un paso importante. La suma de entidades públicas y privadas, los centros comerciales y centros académicos prohibiendo el ingreso de vehículos sin placas se convertiría en una especie de campaña positiva por el uso de esta identificación y en una reprimenda para las autoridades pasivas ante la angustia ciudadana.
Toda la sociedad está llamada a cumplir con las normas legales, pero las autoridades no pueden cerrar los ojos ante quienes las irrespetan. La acción social a través de letreros al ingreso de urbanizaciones implica el interés por el buen vivir y llama a las autoridades nacionales y locales a reaccionar en beneficio de los honestos. (O)