El 19 de agosto de este año el presidente Daniel Noboa creó por decreto el Comité Nacional de Salud Pública, el que como primera medida anunció dos días más tarde “la compra masiva y transparente de medicamentos e insumos médicos a escala nacional”. Ese 21 de agosto el ministro de Salud, Jimmy Martin, afirmó que no era una salida la declaratoria de emergencia al sistema de salud al no existir en el momento “una crisis que lo amerite”.
Noboa pide al MSP y al IESS establecer motivos para declarar la emergencia en compra de medicamentos
Sin embargo, el 16 de septiembre pasado el mandatario dispuso mediante decreto, tanto al Ministerio de Salud como al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) –cuyos principales son parte del Comité que se creó con la finalidad de “garantizar el acceso oportuno, seguro y de calidad a los servicios de salud pública, mediante la articulación de políticas, acciones y recursos entre las distintas entidades del Estado”– que determinen mediante un análisis si es procedente la declaratoria de emergencia para la adquisición de medicamentos.
El 18 de septiembre, tras un mes de gestión del Comité, el Ministerio de Salud Pública expidió un acuerdo ministerial que dispone a la Red Pública Integral de Salud “realizar gestiones para agilizar el proceso de aprovisionamiento de medicamentos, bienes estratégicos en salud y servicios conexos”. Además, evaluar la situación institucional a fin de determinar la pertinencia de declarar la emergencia para la compra de medicamentos.
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En materia de salud preocupa enormemente el vaivén de discursos y la demora en la adquisición de medicamentos porque está de por medio vida de ciudadanos que tienen su única esperanza en el sistema de salud público. El artículo 32 de la Constitución reza en su primera línea: La salud es un derecho que garantiza el Estado. He ahí la obligación.
De acuerdo en llevar adelante procesos con transparencia, pero en ello debe haber agilidad. La discusión de declarar o no en emergencia resulta vaga para quienes requieren de medicina y atención especializada, esa es la verdadera urgencia. (O)