La deficiencia de empleo para el segmento joven en Ecuador es evidente. En junio de 2023, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) celebraba la suma de 81.685 nuevos afiliados en un año, contados de mayo 2022 a mayo 2023.
La cifra desagregada de empleados en función de dependencia muestra que se pasó de 2′578.752 en enero a 2′611.453 en junio de este año. En los aportantes voluntarios e independientes también hay un aumento cauto. Aunque son 3′778.775 en total los afiliados al IESS, no se llega al número de 2019, antes del COVID-19.
El presidente del Consejo directivo del IESS, Alfredo Ortega, advierte en una entrevista con este Diario del desinterés de los jóvenes en una afiliación y reconoce como motivos la insuficiente atención en salud de la institución, así como la gestión de emprendimiento de las nuevas generaciones que ven la afiliación como un gasto y no una inversión a futuro.
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El desinterés se lo ha ganado a pulso el IESS con un pésimo servicio, particularmente, en salud, en la demora de trámites y hasta pérdida de información que se detecta cuando se tramita una jubilación, cesantía o montepío. Todo esto a pesar de que Ortega, además, reconoce un exceso de personal: en 2007 había 8.000 empleados en el IESS y hoy son 36.000.
Con ese antecedente, el servicio a los afiliados debería ser óptimo, pero no lo es y como si fuera poco se habla de una crisis que pone en riesgo el sistema de pensiones. Para evitarlo, una Comisión del Gobierno presentó alternativas que están en debate.
En materia del interés de nuevos afiliados, el IESS tiene la responsabilidad de mejorar sus servicios para recuperar la reputación y atraer a jóvenes que exigen atención de calidad, agilidad y eliminar una corrupción que toda la ciudadanía se niega a pagar.
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Otra asignatura pendiente depende del Estado con una reforma laboral que mejore las condiciones de empleo evitando la precariedad a la que someten a algunos trabajadores ante la falta de control o legislación que no se aplica. (O)