Actos o acciones que en el sector privado resultan inadmisibles, en el sector público se llegan a asumir como aceptables. Tal es el caso de más de mil bienes que ha recibido de sus clientes la Corporación Financiera Nacional con la figura de ‘dación en pago’, cuando el 79 % de estos tienen calificación E, lo que significa una probabilidad de pérdida superior al 80 %.

Un informe de la CFN da cuenta de que esa entidad pública recibió de sus deudores 1.482 bienes por un total de $ 29,1 millones, de los cuales una parte podría ser subastada para tratar de recuperar unos $ 16,2 millones, pero otra parte de esos bienes no es apta para el remate, lo que representa una pérdida de más de $ 12 millones.

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Además de recibir como pago activos que no garantizan la recuperación de los préstamos otorgados, hay otro perjuicio que acarrea la figura de ‘dación en pago’; se trata de los costos que la entidad asume para preservar esos bienes que no se logran vender, tales como mantenimiento, contratación de seguros, realización de las subastas, etcétera.

La entidad pública no tendría que incurrir en esos gastos si hubiera aplicado la figura de embargo y remate, según explica un experto en derecho administrativo consultado por este Diario. Al embargar un bien, el deudor se mantiene en esa categoría hasta que se ejecute el remate y la entidad recupere el monto de lo prestado, de manera que al deudor se le endosan los gastos por cuidado, seguro de riesgo o gestión de remate del bien.

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El actual presidente del directorio de la CFN ha cuestionado que en administraciones anteriores se hayan otorgado créditos millonarios a grupos empresariales y grupos familiares y que como pago, por falta de prolijidad en el control, se hayan aceptado bienes que no servirán para recuperar lo prestado. Lo más probable es que de tratarse de una institución privada, ello no hubiera ocurrido. Es preciso que se encuentre la manera de detener los abusos contra el dinero público. Tal vez sirva tercerizar la calificación de riesgo. (O)