El presidente de la República, Guillermo Lasso, suscribió el decreto 735 el 10 de junio de 2023 para la creación de la nueva Reserva Marina de las Galápagos.

Las mal llamadas ‘nuevas’ reservas marinas ya fueron detectadas en 1835 por el científico naturalista, inglés, Charles Darwin cuando llegó a Ecuador, quien en un mes y medio y a bordo del barco HMS-BEAGLE observó plantas, tortugas gigantes, iguanas marinas, tiburones, pinzones, etc.; que yo sepa en otras reservas marinas no los hay igual, solo algunos en la provincia de Manabí y la cordillera de Carnegie o de Manta entre Galápagos y la plataforma continental y donde existe manganeso; donde nuestros gobernantes deben realizar un fideicomiso para explorar, extraer y comercializar dicho mineral. El manganeso en los fondos marinos se forma por diversos factores: tasa de sedimentación adecuada, corrientes de fondo, disponibilidad de núcleos, zonas de alta productividad, topografía del fondo marino, etc. Es una nueva reserva del fondo marino, aproximadamente son yacimientos estimados en 150 millones de toneladas métricas.

La COP 26 (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático del año 2021 que fue la número 26.ª) es muy clara, lo nuevo debe declararse reserva, pero lo descubierto hace 188 años atrás no es nada nuevo. No me explico qué fue lo que se inauguró como nuevas reservas marinas ecuatorianas.

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Las nuevas reservas serían los nódulos polimetálicos de manganeso existente a 2.500 metros de profundidad del océano Pacífico, cuya tecnología la tiene China, Estados Unidos, Francia e Inglaterra.

El manganeso (Mn) es un mineral importante para la salud humana; es nutrimente para el desarrollo de las plantas; se usa para producir acero inoxidable, en aleaciones de aluminio; fertilizantes; como aditivo para la gasolina. (O)

José Arrobo Reyes, economista, Guayaquil