Existe un refrán que dice “la constancia vence lo que la dicha no alcanza”, como todos entendemos la vida es tan frágil y solo Dios sabe cuándo se termina el tránsito terrenal, pero los más opcionados somos las personas que estamos vivas aún sobre las ocho décadas por el desgaste propio de nuestro organismo. Por lo tanto, con el mayor respeto, una vez más me dirijo a usted de la manera más considerada y le solicito que nos ayude a los jubilados sobre los temas expuestos en cartas anteriores a usted para que el año o los varios que Dios nos permita estar, hacerlo con una mejor calidad de vida. La institución a la cual entregamos nuestros aportes por décadas merece mejor atención para beneficiar a sus afiliados. (O)
Colón Quiroz F., Guayaquil