Sea cual fuere el resultado de las votaciones en el mes de abril, el proceso ya tiene un germen de desconfianza ciudadana por las circunstancias que se dan, lo que genera un panorama desalentador lleno de dudas e incertidumbre.
Por eso creo que es tiempo de que algunos politólogos y analistas con gran valía intelectual y moral dejen de ser solamente comentaristas y se apersonen activamente en la política; en sus intervenciones y escritos demuestran que están llenos de un gran espíritu democrático y patriótico, por lo que esos dones y talentos podrían dar frutos en los gobiernos y no solo en los medios de comunicación; no los mueve ningún tipo de interés personal y están dispuestos a sacrificarse por el bien común del país, lo que es loable. Si saben lo que hay que hacer, si pueden hacerlo y no lo hacen, incurren en un pecado de omisión democrática, cívica y patriótica; su responsabilidad personal, moral y social es muy grande y el país los necesita para salir del atolladero. (O)
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Miguel Ulloa Paredes, Guayaquil