Mañana recordaremos el 24 de Mayo de 1822 y celebraremos el bicentenario de la independencia del Ecuador, por tanto hoy hablaré de un prócer de la emancipación hispanoamericana y principal héroe de la actual República del Ecuador, Antonio José de Sucre.

Fue valeroso militar venezolano con honestidad, capacidad de táctico y estratega; diplomático, magistrado, periodista, educador y severo en el manejo de los fondos públicos, con impoluto accionar. El prócer Sucre recibió junto con el coronel Simón Bolívar el bautizo de fuego cerca de Mariara, en tierra carabobeña, el 22 de julio de 1811; ambos estaban a las órdenes del generalísimo Francisco Libertad Miranda, maestro de libertadores. En agosto de 1819 fue ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela, Francisco Antonio Zea; grado ratificado por Bolívar el 16 de febrero de 1820. Sus triunfos en Pichincha –cima de la libertad– el 24 de Mayo de 1822 y de Ayacucho –”cumbre de la gloria americana”– el 9 de diciembre de 1824 sirvieron para completar la gran tarea emancipadora dentro de sus campañas de las guerras de la independencia hispanoamericana (1809–1826). Su existencia fue fructífera. Se la resume en una lección de patriotismo. En Ecuador, el 19 de agosto de 1821 se realiza la batalla de Yaguachi (Cone) entre tropas independentistas guayaquileñas de la División Protectora de Quito y refuerzos grancolombianos liderados por él, por Sucre, contra las tropas realistas del coronel Francisco González. Sucre vence a los españoles y asegura la independencia definitiva de la Provincia Libre de Guayaquil. Sus tropas tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito con la batalla de Pichincha el 24 de Mayo de 1822 –”cima de la libertad”–, la victoria fue de Sucre liberando al Ecuador. El 18 de junio de ese año Bolívar lo asciende a general de división y lo nombra intendente del Departamento de Quito, jefe militar supremo. El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre general en jefe y el Congreso de Perú le dio el grado de gran mariscal de Ayacucho. Antonio José de Sucre fue vilmente asesinado en las montañas de Berruecos el 4 de junio de 1830, antes de ser nombrado presidente de la República del Ecuador (aunque se lo iba a nombrar al general José Mires); sus palabras finales fueron: “... Dios sabe cuánto hemos luchado por la libertad de todas estas tierras y cuán mal nos han pagado”. (O)

José Víctor Arrobo Reyes, economista, Guayaquil