En la información del viernes 17 de enero, según E. Peña, presidente del Consejo Directivo del IESS, se deben de ejecutar urgentes reformas. Si bien son ineludibles, también se debe de tener mucha precaución en aquellas medidas. Hace énfasis en la edad del afiliado a jubilarse, este punto es frágil, actualmente se dice que se vive más, pero “achacosos” y muchos también inhabilitados o no autosuficientes. Si se han entregado las energías lozanas también se debe, en algo, disfrutar el retiro un poco saludable. Al modificar la edad de jubilación sería el afiliado un “Prometeo encadenado”.
Más bien sugiero dos puntos de inflexión que se deben de tomar en consideración. El primer punto es la atención médica a hijos de afiliados, hace muchos años la atención solo correspondía hasta los 12 meses después del nacimiento, ahora la atención es generalizada a todo número de hijos. El afiliado debe de hacer un aporte por cada hijo para recibir beneficios. Y el otro punto es la viudez. Los jubilados optan por casarse con parejas jóvenes y estas muchas veces aceptan en miras de un montepío del pensionista, incluso llegan en acuerdo con los herederos para compartir el montepío de jubilados añosos. Se dan casos de mujeres de edad próspera que se casan por conveniencia económica.
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Modificar estos dos ítems valdría de píldoras para un tratamiento paliativo de la institución. (O)
Alexandra Cedeño Chunga, Guayaquil