La Constitución de Montecristi amputó el Estado de derecho en 2008 para dar muerte lenta a la democracia. Un resucitamiento al cuerpo republicano de tres poderes es vital para combatir la infección ‘revolucionaria’ del siglo XXI. Cortar por lo sano extirpará la metástasis del descompuesto Poder de Participación. La dañina receta de ‘cubanización’ del Foro de São Paulo inoculó un estatismo graso, que le cayó pesado a la salud económica del Ecuador dolarizado. Hay parálisis en el aparato productivo y la inversión privada fue asfixiada. Una burocracia parasitaria devora recursos. Por las venas abiertas de las fronteras entraron cuerpos extraños, sanguijuelas terroristas y narcobacterias al organismo social. Las garrapatas de la podredumbre chupan la sangre fiscal. Los anticuerpos protectores y nuestras defensas fueron despojados de inmunidad y la plaga invasora fortalecida con impunidad. La Patria se desangra. La receta es urgente: ¡Ecuador necesita reconstituyente! (O)
Paul Tapia Goya, Guayaquil, Ecuador


















