El karma es una acción, escrita en sánscrito por los Vedas, que está relacionada con el comportamiento humano, nos habla sobre lo bueno y lo malo, el que la hace la paga, lo que siembras cosechas. Esta es una ley universal, es la conciencia universal que controla el accionar de todos los seres humanos y nos habla de la adversidad y la prosperidad.

En el silencio está la paz

El karma cuida que ni la adversidad ni la prosperidad afecten ni tu mente ni tu alma. Siempre hay que creer en Dios y tener fe que todas las cosas con el tiempo se resuelven, siempre debe haber la predisposición de no volver a cometer los mismos errores.

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Soportar la adversidad es complicado, como tener templanza en la prosperidad es el cénit de la sabiduría. Si tienes alguna aflicción todo el mundo se acercará a consolarte en cambio en tus triunfos y éxitos hasta tus mejores amigos sufrirán de envidia.

El éxito y la felicidad se construyen

En la adversidad cada persona tiene que accionar su mente, su cuerpo y su alma para resolver sus problemas. En la prosperidad la persona se solaza, se cree muy querido y halagado por todos quienes lo rodean, pero al menor desliz estos lo abandonan. Las pasiones mal administradas terminan en desasosiego. El sabio deja pasar el mal sin alarmarse y ve en el bien la mejor manera de vivir en paz.

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Es lamentable que en la desesperación por satisfacer su ego existe gente que delinque, roba y extorsiona, sin entender que la ley del karma es irrefutable e irreversible y tarde o temprano todo se descubre y quienes pagan los platos rotos muchas veces son sus familias y seres queridos.

Lo que tú das recibes

Es mejor tener lo que se quiere y desea, orando, estudiando, trabajando y confiando en que todo vendrá por añadidura; que llevar una vida disipada y esperar el éxito o la prosperidad por un golpe de suerte o por hacer algún atraco. Recuerde que las leyes del karma son inexorables, no perdonan y todo pecado tiene su castigo. (O)

Hugo Alexander Cajas Salvatierra, médico y comunicador social, Milagro