Mamá, rosal que nos prodiga un rebosante aroma de un fértil jardín, cuya fragancia al mínimo roce nos envuelve de ternura. Invitados a compartir sus nutrientes energéticos desde la gestación. Tal es así que corresponde a las mitocondrias como orgánulo celular producir la mayor energía química, útil para las diversas reacciones bioquímicas de la célula formando trifosfato de adenosina (ATP), además estas contienen su propio cromosoma (ADN).
El origen del apego madre e hijo radica desde o por la fecundación, el cigoto hereda ADN nuclear de ambos progenitores, contrapuesto al ADN mitocondrial que exclusivamente se hereda de la madre. Este legado materno crea un árbol genético que no se afecta por la fusión de genes de uno y otro progenitor. Ambas células dadoras de vida contienen ADN mitocondrial, en la fusión las mitocondrias del espermatozoide se destruyen, solo se heredan las del óvulo. En aquel instante se gesta la más poderosa amalgama madre-hijo.
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Para recordar sobre el Día de la Madre
El ADN mitocondrial es el punto clave para que los científicos puedan utilizarlo al indagar algún linaje materno en cientos de miles de años, porque cambia muy poco a lo largo de las generaciones. El ADNmt es un pequeño cromosoma circular, de allí la fidelidad. He allí la indestructible argolla. (O)
Alexandra Cedeño Chunga, bioquímica, Guayaquil