La pavimentación de calles con hormigón asegura una obra más duradera, reduce los tiempos de traslado con mayor seguridad de forma sencilla y rápida, obra que también contribuye a la creación de empleos directos e indirectos; consiste en la combinación de dos materiales, concreto y acero de refuerzo, que dan mucha consistencia y firmeza, que es lo que necesita la avenida principal de la ciudadela Alborada, asignada con el nombre Rodolfo Baquerizo Nazur. Dicha durabilidad no requerirá de ‘parches’ posteriores en la pavimentación, es garantizada en 100 años, es decir un siglo.

Hago un paréntesis para felicitar a El Mayor Diario Nacional, EL UNIVERSO, que cumplió una centuria de vida fructífera y que siga cumpliéndose muchas más.

Por el intenso tráfico que soporta diariamente la calle Baquerizo Nazur de la ciudadela Alborada, está muy deteriorada. Con toda seguridad, en el invierno las falencias de la vía ocasionarán mayores problemas que redundarán en el congestionamiento del tráfico y en los daños de los vehículos. Es de considerar el significativo aporte al arca municipal por la ciudadela, para que atiendan una necesidad tan importante como es su principal vía que mueve el comercio y las actividades que contribuyen a dar vida a la urbe porteña. Solo queda esperar que se atienda el requerimiento planteado y parodiar a Federico García Lorca –poeta español– quien dijo: “El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta”. Mantengámosla muy viva esperando su realización. (O)

Publicidad

Fernando Enrique Guzmán Martínez, ingeniero comercial, Guayaquil