La Ley Orgánica de Aprovechamiento Digital e Inteligencia Artificial (IA) para Niños, Niñas y Adolescentes es un proyecto legislativo en discusión; un marco que protege derechos, fomenta la creatividad y guía el uso responsable de la tecnología en las manos de quienes aún están aprendiendo a navegar el mundo. No se trata de frenar la curiosidad, sino de canalizarla con claridad y justicia.

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En primer lugar, seguridad y privacidad deben caminar de la mano con la libertad de explorar. Los menores merecen un internet que les depare descubrimientos, no riesgos ocultos. Esto implica límites transparentes a la recopilación de datos, controles razonables para familias y educación digital que les enseñe a reconocer sus huellas digitales. Cuando un niño comprende qué información comparte y por qué, se convierte en un ciudadano digital consciente.

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En segundo lugar, la IA debe ser explicable, no misteriosa. Las plataformas tienen la responsabilidad de señalar, con lenguaje simple, por qué se recomienda un juego, una historia o un ejercicio impulsado por IA. Despejar el “porqué” convierte la desconfianza en curiosidad crítica y convierte la tecnología en una aliada para aprender, crear y resolver problemas.

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Tercero, la educación y la inclusión deben estar en el centro. Un currículo que integre alfabetización mediática, pensamiento crítico y ciudadanía digital prepara a adolescentes para enfrentar desinformación, presión de redes y dilemas éticos. Asimismo, la ley debe garantizar acceso equitativo a herramientas y oportunidades para todos los contextos culturales.

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En esencia, una ley bien diseñada no limita la imaginación juvenil y guía. Con reglas claras, límites razonables y apoyo educativo, niños y adolescentes pueden navegar el mundo digital con autonomía, empatía y derechos plenamente ejercidos. (O)

Roberto Camana-Fiallos, escritor y docente investigador, Ambato