El tamaño del Estado es insostenible, hay un déficit en el presupuesto del Estado, que nadie lo puede ni quiere financiar, a riesgo de desmantelar la dolarización. Ecuador es un Estado obeso, se listan 48 entidades públicas innecesarias y las prefecturas son innecesarias porque otros ministerios pueden asumir sus tareas a menos costo.
El Ecuador vive un grave estado de convulsión civil y guerra interna, se asesinan civiles, policías y militares, no son delincuentes comunes, son narcomilicia muy bien organizada, que pretende tomar el control de las ciudades y del comercio del país, esta situación no está tipificada en la Constitución ni en las leyes, pero el presidente como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas debe asumir facultades extraordinarias para defender al país.
La Reserva Federal baja tasas de interés para estimular el consumo y la economía, pero el Banco Central, innecesario en dolarización, hace todo lo contrario: el 1 de junio de 2025 publicó sus tasas de interés referenciales, que duplican y cuadruplican el costo financiero internacional. Economistas insisten en que el futuro de Ecuador es convertirse en un centro financiero internacional, para acceder a dinero barato, atraer inversión y generar empleo.
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En Ecuador la relación laboral es hasta que la muerte nos separe: si no le conviene un trabajador, no lo puede despedir sin antes tener que pagarle una fortuna, y si te quedas con él, le debes pagar la jubilación patronal. Los funcionarios públicos son intocables con la ley de servicio público, y a veces muy corruptos. En Ecuador el trabajador es el poder en las empresas y en el Estado; si queremos atraer inversión extranjera difícilmente podrá ser bajo esta tutela laboral, el capital necesita total libertad de acción y libre mercado. (O)
Juan Orús Guerra, arquitecto, Guayaquil