El pasado 15 de septiembre celebramos un año más de creación de la Escuela de Educación Básica Benjamín Rosales Aspiazu. Son 58 años de una trayectoria educativa eficiente, de triunfos estudiantiles nacionales e internacionales.
Muy pocas veces en nuestro país se resalta la labor educativa de los centros de formación integral de niños y jóvenes. Considero que se deberían aceptar y publicar estas historias para que la nueva generación de estudiantes conozca cómo se ha logrado sacar adelante poco a poco las grandes instituciones educativas y sirva de ejemplo en el diario vivir de ellos.
Guía de la etapa de nivelación
Parece que fue ayer que en el barrio Isla de San José, en Sucre y la 12.ª, surgió como un faro de esperanza para la educación, ciencia y cultura una institución que a través del tiempo va dejando huellas y logra tener una historia basada en la gran labor realizada por nobles y distinguidos maestros de vocación y amor.
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Fue en la presidencia de Otto Arosemena Gómez, siendo gobernador de la provincia Benjamín Rosales Aspiazu, caballero digno, justo y solidario que realizó muchas obras sociales. Fue el gestor de este plantel que lleva su nombre, y por su gran labor de solidaridad, altruismo también lo lleva una de las principales avenidas de Guayaquil.
Educación en decaída en nuestro país
Por diferentes circunstancias, este plantel escuela fiscal número 115 tuvo algunos cambios de sectores hasta que en el año 1984 se trasladó a la ciudadela Martha de Roldós, al centro comunal, lugar muy pequeño y no adecuado para impartir clases.
La comunidad educativa se incrementó, aumentando el número de estudiantes y maestros que junto con padres de familia decidieron ocupar un terreno abandonado del Banco Ecuatoriano de la Vivienda, y desde ese momento con decisión y fe se inició una gran labor titánica para lograr la construcción de la escuela. Hoy recuerdo con orgullo esa gran comunidad unida en un solo objetivo: la construcción del local escolar; y así paso a paso a través del tiempo y con la ayuda de Benjamín Rosales Valenzuela, quien continuó la labor de su padre, y un excelente equipo de maestras, seguimos adelante hasta conseguir el lugar actual donde se educan niños y jóvenes: actualmente la Escuela de Educación Básica Benjamín Rosales Aspiazu.
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Guía de la etapa de diagnóstico
El tiempo siguió su camino inexorable y el primer equipo de maestros nos jubilamos, y continúan llegando excelentes maestros para formar el futuro de la patria. (O)
Alicia de Jesús Carriel Salazar, docente jubilada, Guayaquil