Las piscinas pueden ser caldo de cultivo de muchas enfermedades si no se controla técnicamente la calidad del agua. Ahora, con el desarrollo de las urbanizaciones privadas en Guayaquil, Daule, Salitre y Samborondón, al menos hay una piscina en cada sede social. También hay que considerar los parques acuáticos y las lagunas artificiales del Municipio de Guayaquil, así como los complejos náuticos de la Federación Deportiva del Guayas, por lo que estarían en riesgo grandes sectores de la población. Tampoco hay una norma de calidad INEN, el mantenimiento es empírico y por lo regular en manos de personas sin experiencia.

Temor en nadadores de Piscina Olímpica por tintura verdosa

Hace un tiempo, un grupo de nadadores másteres cancelaron su entrenamiento en la Piscina Olímpica de Guayaquil, porque uno de ellos salió verdoso por exceso de sulfato de cobre “que hace rato no se usa en las piscinas por ser tóxico”, dijo uno de los nadadores que es ingeniero químico a Diario EL UNIVERSO en febrero del 2020. También un vecino salió verde de la piscina de nuestra sede social por el mismo motivo. El sulfato de cobre es un veneno que daña el medio ambiente y debería desecharse en plantas depuradoras, pero nadie lo hace. Así mismo la soda cáustica y una serie de químicos que se usan en las piscinas sin registros ni control.

La mejor solución para tratar el agua de una piscina es usar iones de cobre, no sulfato de cobre con ácido sulfúrico. Los egipcios usaban jarrones de cobre para el agua de consumo por sus propiedades antibacterianas. Algunos hospitales de EE. UU. y Europa usan cobre en las superficies de contacto para reducir las infecciones. La NASA usó iones de cobre para purificar el agua en sus primeros viajes tripulados, etc. Los iones de cobre vuelven el agua alcalina y el pH se puede regular por sí solo. (O)

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Carlos Luis Hernández Bravo, ingeniero civil, Guayaquil