Toda economía tiene diferentes actores que juntos al desarrollar sus diversas actividades, generan un impacto importante en la creación de empleo, generación de riquezas, y cercanía al bienestar que aspiran. La economía popular y solidaria (EPS) en los últimos años ha ganado más reconocimiento como una forma de organización económica basada en la solidaridad, cooperación y reciprocidad; en gran medida por su inclusión en la Constitución, siendo de los pocos países en hacerlo. Es preciso señalar que los elementos que conforman este espacio, tales como cooperativas de ahorro, asociaciones de productores agrícolas, organizaciones comunitarias, unidades de economía popular, entre otros, siempre han existido.

Importancia del ahorro

Es indudable el impacto de la EPS, pues representa del 25 % al 30 % del mercado nacional, involucrando casi siete millones de personas, las organizaciones que conforman este segmento se multiplicaron en más de tres veces desde el 2013 que eran 5.621 organizaciones activas, versus las poco más de 18.000 que representan para el 2025; algo similar sucede con los socios activos de dichas organizaciones, que representaban cerca de 100.000 socios, y para este año la cifra ya casi se multiplicaba por seis.

De ahí que el apoyo que se brinde a cada uno de los diferentes actores de la EPS más allá de su fortalecimiento permitirá ampliar las oportunidades de estos para consolidarse y expandirse bajo premisas como la asociatividad y cooperación. En los recientes días se presentó el programa Mi Tienda por parte del Instituto de Economía Popular y Solidaria, que tiene como finalidad apoyar a miles de tenderos alrededor del país, para que potencien sus negocios. El aporte de la EPS es evidente y toda acción desde lo público y privado será bienvenida para potenciarla. (O)

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Jorge Calderón Salazar, analista económico, Guayaquil