En otros tiempos se podría decir que el Hospital Carlos Andrade Marín era un establecimiento comprometido con la salud y bienestar de los afiliados y jubilados del IESS. Me permito contarles uno de los “tantos” casos por los que pasan todos los días las personas que requieren de este servicio por el cual han aportado toda su vida.

¿Mala práctica médica por muerte de neonato?

Un ilustre caballero de la tercera edad (como si eso tuviera importancia), jubilado, se le había programado una colonoscopía que fue agendada para el mes de marzo de este año, que fue cancelada y reprogramada para fines de este mes de agosto de este año (oportuno reagendamiento). Para un procedimiento de colonoscopía, se requiere de una preparación previa del paciente (24 a 36 horas antes). El día agendado para el procedimiento el paciente se presentó temprano, 06:30, como le habían indicado, con toda la “incómoda” preparación previa requerida. Al caballero le indicaron que debía esperar la llegada de los especialistas que debían realizar el procedimiento. A eso de las 16:00 le supieron indicar que ninguno de estos “benditos” galenos estaba en el hospital y se habían ido a un “seminario”. Al fin apareció la doctora a las 16:20, y supo indicar que su turno terminaba a la 16:30 y que no se podía hacer la colonoscopía. Que falta de consideración y compromiso con su profesión.

Hospital del IESS de Milagro

El pobre paciente se tuvo que retirar con una fuerte deshidratación, razón por la que tuvo que ser internado en una clínica particular. ¿Quién responde por esta negligencia?

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Lamentablemente, por esto tienen que pasar miles de personas todos los días. ¿Hasta cuándo, padre Almeida? (O)

Andrew Murray G., Quito