Desafortunadamente, en Ecuador estamos a merced de políticos y funcionarios que muestran, de manera clara, una falta de cultura terrible.

Tenemos asambleístas que dicen cosas como “resolvido”, “descubrido”, o que muestran su vulgaridad al insultar o rebuscar argumentos para criticar (a veces de manera realmente infantil) a sus opositores políticos.

Bioética en la salud pública

El origen de todo esto está en una educación deficiente. La formación, que es la combinación de la educación formal con la enseñanza familiar, lamentablemente ha sido deteriorada, dando como resultado ciertos funcionarios que hoy dominan el quehacer nacional en todos los ámbitos.

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Para contrarrestar la invasión de este tipo de personas es necesario que se fortalezca la culturización de los estudiantes. El Ministerio de Educación debe empezar por garantizar que los maestros tengan un grado cultural mínimo, que hayan leído un mínimo que garantice que sus enseñanzas serán equilibradas y bien orientadas, que esas lecturas sean las adecuadas para asegurar mentalidades exentas de fanatismos de cualquier tipo.

Unir educación, cultura y ciencia: ¿suma o resta para el país?

Una persona culta medita y controla sus expresiones, mide sus palabras, utilizando a la cultura como ese muro de contención para evitar que los derrames mentales salpiquen de incultura a los contrarios y al pueblo en general. (O)

José Manuel Jalil Haas, ingeniero químico, Quito