A nadie es extraño el aumento de la delincuencia en nuestro país y concretamente en nuestra querida ciudad. Sin embargo, al cumplirse un año más de sus fiestas patronales y de su proceso fundacional, es justo reconocer su valor dentro de la historia y desarrollo del Ecuador entero.

Guayaquil, historia y fundación

Por eso, parafraseando la canción Guayaquil de mis amores, podemos decir “Guayaquil de mis esperanzas”, porque aquí muchos hemos nacido y otros crecido, han formado hogar, se han establecido con emprendimientos y empresas; en pocas palabras, han hecho su vida aquí. No todo está perdido. Si sigue trabajando cada uno en su ámbito con principios y convicciones, podemos irradiar como la aurora gloriosa para que esa luz resplandeciente opaque las tinieblas de la violencia y de la injusticia.

¡Viva Guayaquil! (O)

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Cristhiam Carpio Castro, Guayaquil