Estar muerto en vida puede suceder, posterior a una dura tempestad emocional; durante este proceso no se tiene noción del tiempo transcurrido, pues existe un deslindamiento completo de la conciencia nítida de lo que sucede y los recuerdos almacenados son momentos vacíos que yacen en la memoria.
El despertar de esta etapa usualmente sucede cuando otro hecho de gran magnitud los golpea, es ahí cuando se recupera la noción del tiempo, espacio; la experiencia puede compararse con la del despertar después del coma. El despertar es una etapa de impacto, la persona comprende que su cuerpo seguía actuando aunque su mente y espíritu estaban agobiados. Existen mecanismos de ayuda para salir de dicho estado como el asesoramiento psicológico, que ayuda a sobrellevar y entender situaciones y sentimientos. (O)
Giulianna Anahí Sghirla Ayala, Chaupicruz, Quito