Me comentaban del gran esfuerzo que una pequeña firma de arquitectos hizo para no prescindir de su personal en la pandemia. No liquidó a sus empleados, se vio obligada a reducir los sueldos y las jornadas, y aplicar el teletrabajo.

Al reducir la jornada los empleados tuvieron que dedicar el resto de su tiempo a fuentes adicionales de ingresos para su familia, la preocupación de todo ser humano. Para manejar este tipo de decisiones hace falta transparencia, frontalidad, sensibilidad, visión de cumplimiento por resultados, sentido de riesgo compartido, confianza en el equipo de trabajo y deseos de impactar vidas por sobre los ingresos de una empresa. El resultado: confianza, empleados totalmente comprometidos, directivos reconocidos por su honestidad al socializar su situación real, y un equipo que poco a poco regresa a su trabajo presencial, agradecido y sintiendo que las batallas se superan con esfuerzos conjuntos. (O)

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Paula Marcela Pettinelli Gallardo, Guayaquil