Se dice que votar por uno de los dos candidatos presidenciales finalistas es como elegir entre ente el cáncer y el sida. Falso, uno de los dos no es ninguna de las dos cosas, es simplemente el mejor.

Supongamos que quienes promueven la anulación del voto están movidos por un sincero convencimiento de que están ante dos opciones malas para el país. Si así fuera, ¿no sería más sabio escoger el mal menor?, ¿en la vida diaria no nos vemos a menudo obligados a escoger el mal menor? Y si este escogimiento es razonable para asuntos personales, ¿por qué no habría de serlo también para asuntos que atañen al futuro de la patria?

Mi suposición de sinceridad no es real, no hay indicio alguno que lo sea. Por eso compatriotas, sean responsables, no se dejen engañar por quienes promueven el voto nulo, consulten con su conciencia para votar. (O)

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Carlos Marx Palacios Maldonado, economista, Guayaquil