Claro que de ministerios no debemos hablar por el momento, pero quién sabe lo que pase en el futuro. Es triste para un gobierno que ofrece un nuevo país, que está presidido por un ciudadano con las mejores intenciones, que enfrenta grave emergencia, que quiere solucionar los problemas de la mejor manera, fracasar en dicho intento.
El contrato que llamaremos Progen nos afecta, muchos dirán que hemos regresado a lo mismo, que no ha cambiado nada, y pensar así no me parece lo correcto. Los múltiples fracasos contractuales que tanto han molestado al contribuyente causan desorientación y lo primero que se piensa es que continúa la corrupción. Amigo lector, ni usted ni yo queremos más fracasos contractuales, dígame qué se le ocurre a usted, pero lo que es a mí (corriendo todo riesgo) se me ocurre lo siguiente: un destacado profesional mientras más destacado sea en su materia se aparta más de otros conocimientos que le son extraños.
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El contratar es una ciencia como cualquier otra, hay muchos libros al respecto. Los que contratan para hacer importantes adquisiciones se enfrentan a vendedores, unos de buena y otros de mala fe y en el grupo de estos últimos hay toda clase de personas expertas en causar perjuicios a la contraparte, más aún cuando las circunstancias ayudan, como ser urgencias, presiones políticas, etc. En el inmenso mundo de las ventas en estos últimos tiempos hemos visto maniobras que superan cualquier imaginación. De ahí que un supertécnico en una rama del saber humano que no conoce de contratación porque sencillamente no le ha tocado trabajar en ese campo, queda expuesto a caer en el ridículo negociando con un equipo experimentado.
Hay que crear un equipo negociador de contratos, ellos serán expertos en manejo psicológico, recopilarán experiencias, deberán conocer de grandes contrataciones internacionales, acudirán a la ayuda que puedan prestarle el cuerpo consular y diplomático, estudiarán el comercio exterior, conocerán los catálogos a fin de informarse del mundo comercial y de las grandes transacciones que se hacen en los países. Contratar de igual a igual es la fórmula. Formemos un grupo de negociadores muy bien apoyados. No entreguemos la contratación a quienes desconocen de esta ciencia que es muy vasta. (O)
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Rafael Mendoza Avilés, abogado, Guayaquil