uando hablamos de salud nos referimos a un estado completo de una persona, que tiene que ver con su bienestar, de encontrarse sana física, mental y socialmente con ausencia de afecciones o enfermedades. Un pueblo es saludable cuando su población se desarrolla normalmente, dignamente, bien alimentados y que aplican la prevención en su salud.
Sabemos que la salud preventiva siempre está destinada a evitar enfermedades antes de que aparezcan en el cuerpo humano, utilizando hábitos saludables y visitas periódicas al doctor, mientras que la salud curativa se concentra en tratar enfermedades ya existentes, busca el diagnóstico y tratamientos para la recuperación.
Con relación a la salud de los habitantes de la parroquia Juan Gómez Rendón puedo decir que después del establecimiento del subcentro de salud en 1980, los médicos, enfermeras y empleados que laboran en este tienen un horario de atención de ocho de la mañana a cuatro de la tarde, siendo una exigencia pernoctar en la población y queda en el limbo un valioso tiempo sin atención de salud hasta el siguiente día, en el que no tenemos que enfermarnos, porque no hay doctor que nos auxilie.
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Hoy por estas razones, más el crecimiento poblacional de los 30 pueblos que pertenecen a esta parroquia, se hace necesario construir urgentemente un hospital que atienda las 24 horas del día.
En años pasados la autoridad máxima de Guayaquil manifestó la planificación de proyectos de viviendas y obras de hospitales, pero estas obras hasta hoy se construyen en Progreso. Conozco que el hospital de Progreso no se construyó por falta de decisión del Municipio de Guayaquil y de la comuna en relación al terreno, su presupuesto se diluyó y todo quedó en papeles. Autoridades, hay que retomar urgentemente la idea de construir el hospital para Progreso. (O)
Francisco Marcos Anastacio Valarezo, profesor, Progreso